sábado, 8 de enero de 2011

Los riesgos del bronceado en camas solares

Con el uso del bronceado artificial aumenta un 75 por ciento el riesgo de padecer cáncer de piel. Tres de cada 10 locales no cumplen con las reglas adecuadas de prevención de la salud.

Con la llegada del verano son muchas las personas que eligen broncearse en las camas solares, en lugar de recurrir al método natural de tomar sol.

En nuestro país funcionan alrededor de 500 locales que ofrecen la posibilidad de broncearse de manera no natural. Pero la mayoría de estos lugares no cumplen con las medidas correspondientes de protección de la salud, según la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

Tan solo en Capital Federal casi el 30 por ciento de los locales están en infracción. Según un informe del Instituto del Cáncer –organismo que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- los rayos ultravioleta que emiten las camas solares son “definitivamente cancerígenos”.

Durante las inspecciones se registra si el local está habilitado, si los equipos cumplen con las normas de la ANMAT, si hay un médico con orientación en dermatología, y si les dan a los clientes antiparras o lentes para protegerse los ojos.

Las lámparas que utilizan esos artefactos emanan rayos UVA y UVB. Es decir, emiten rayos ultravioleta altamente nocivos para la piel. Naturalmente estos rayos son emanados por el sol, pero no nos hacen un daño mayor gracias a la protección de la capa de ozono.

En julio del 2009 un informe de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, su sigla en inglés) confirmó que los rayos emitidos por las camas solares aumentan un 75 por ciento el riesgo de contraer cáncer de piel en aquellas personas que las utilicen antes de los 30 años.

El cáncer de piel es la forma más común de cáncer en el ser humano. Si se detecta a tiempo, puede curarse. Las radiaciones UV tienen un efecto acumulativo y causan daños irreversibles en la epidermis. Por eso, es conveniente evitar las altas exposiciones al sol, y aún más a las camas solares.

Efectos nocivos

Existen tres tipos de cáncer de piel que pueden producirse debido a la excesiva exposición a los rayos ultravioleta: carcinoma escamocelular, que se desarrolla en las células escamosas; melanoma, que suele parecerse a un lunar de un diámetro irregular; y carcinoma basocelular, que tiene un lento desarrollo y raramente se extiende a todo el cuerpo.

Las manchas solares son alteraciones en la pigmentación provocadas por la influencia de los rayos UV en la producción de melanina, la sustancia que le da color a la piel.

Los rayos del tipo UVB dañan las células de la dermis provocando la dilatación de los capilares, lo que provoca un enrojecimiento de la piel.

El resecamiento es producido por la deshidratación de los tejidos ante la exposición de los rayos ultravioleta.

Desde el año pasado rige en la provincia de Buenos Aires una norma que plantea: la prohibición del uso de camas solares en menores de 21 años, la supervisión de un dermatólogo en cada local, la colocación de carteles que adviertan sobre los riesgos que trae el uso de este servicio, y la necesidad de un permiso firmado por el cliente.

Cada persona debería realizar un examen previo con un especialista para luego obtener la autorización correspondiente. Esta evaluación es en relación a los peligros cutáneos que puede contraer ante la exposición a radiaciones ultravioleta.

Protectores de piel

Los protectores solares o fotoprotectores funcionan como bloqueadores que evitan el rápido deterioro de la piel expuesta a los rayos del sol. Aún más en tiempos de calor la dermis tiende a resecarse más, justamente por la deshidratación que provoca los rayos UV que emite el sol.

Las personas que toman sol, ya sea de forma natural o artificial, se aplican el protector y creen que pueden estar expuestos más tiempo de lo aconsejado. Pero los dermatólogos aseguran que el uso de la crema protectora no resguarda al 100 por ciento la piel de los peligros ultravioletas. Por esto, lo ideal es usar fotoprotector y no estar más tiempo del que se estaría sin fotoprotector.

El Factor de Protección Solar (FPS) es la medida de laboratorio que indica la eficacia con la cual un protector solar cuidará la piel. A más alto FPS, mayor será la protección que ofrecerá contra los rayos UV.

La cantidad de energía solar a la que está expuesta la piel no depende sólo del tiempo de exposición, sino también del momento del día. Ya que durante la mañana y la tarde la radiación del sol debe atravesar una capa de ozono más gruesa antes de llegar a la superficie. Durante el mediodía esa capa es más fina, por eso es más riesgoso estar expuesto al aire libre en ese momento del día.

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